
1. Identificación de Riesgos
En Bienestar Mutual, este proceso consiste en reconocer de manera anticipada los eventos, condiciones o situaciones que puedan afectar negativamente los objetivos institucionales, operativos, financieros, sociales o reputacionales.
2. Evaluación del Riesgo
Una vez identificados los riesgos, Bienestar Mutual debe evaluar su probabilidad de ocurrencia y el impacto que tendrían sobre la organización. Esto permite clasificarlos en niveles (alto, medio, bajo) y priorizarlos.
3. Control y Mitigación de Riesgos
Una vez priorizados, se definen acciones concretas para eliminar, reducir, transferir o aceptar los riesgos.
En el contexto de Bienestar Mutual, esto puede incluir:
- Fortalecer los protocolos de seguridad digital.
- Implementar controles en el manejo del dinero en agencias.
- Capacitar al personal frente a nuevos riesgos normativos.
- Adquirir seguros (por ejemplo, para manejo de recursos o accidentes).
4. Monitoreo Continuo
Bienestar Mutual debe mantener un seguimiento periódico a los riesgos, para detectar cambios o nuevas amenazas.
Esto incluye:
- Revisiones mensuales o trimestrales.
- Evaluaciones internas por el Comité de Control o Auditoría.
- Indicadores de riesgo (por ejemplo, variaciones en la morosidad, que pueden anticipar un riesgo de liquidez).
5. Comunicación y Reporte del Riesgo
La gestión del riesgo solo es efectiva si hay una comunicación clara y oportuna entre todas las áreas de Bienestar Mutual.
Esto implica:
- Informar al Consejo de Administración y Gerencia sobre riesgos relevantes.
- Reportar hallazgos al Comité de Control Social.
- Capacitar a los colaboradores sobre los riesgos de su rol específico.
- Tener protocolos de reporte inmediato cuando un evento ocurre.
La transparencia fortalece la confianza de los asociados y de los entes de control.
